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lunes, 6 de septiembre de 2010

Carta a los oftalmólogos: otra perspectiva

Las relaciones de dependencia y co-dependencia suelen ser complicadas, pues ambas partes olvidan que se necesitan mutuamente; de hecho normalmente sólo una parte esta consciente de esta necesidad y ése es el problema: una parte pretende tener autoridad sobre la otra parte. 


Médicos y pacientes experimentan algo similar. Creo que los pacientes conocemos bien nuestro papel; por lo tanto lo siguiente es básicamente el rol del médico desde una aproximación emocional e incosciente. 

1. La elección de la profesión: Los estudiantes de medicina sueñan con algún día salvar vidas y/o curar a las personas. Inconscientemente alimentan la fantasía de alejarse de la enfermedad, pues si ellos son capaces de erradicarlas de otras personas, ellos siempre estarán sanos. Esto es meramente inconsciente, pero la elección de la profesión es un miedo a estar enfermo. 
2. La vida en el hospital: A pesar de que la medicina es una práctica noble y humanista, los internos y residentes pierden mucho de su humanismo en los hospitales, pues se acostumbran a ver todo tipo de accidentes, enfermedades y sufirmiento. Debe resolver todo rápido, bajo presión y de forma efectiva: en resumen no hay tiempo para sentimentalismos. Además que la práctica de la medicina exige enfocarse en la zona afectada y el resto de la persona es referencia. Desde aquí se pierde el contacto con el paciente, pues se convierte en "la apendicitis del 520" y deja de ser Juan Pérez.
Los doctores se acostumbran a la muerte y a la enfermedad pero para eso deben protegerse emocionalmente, no pueden involucrarse con el paciente, pues sino su trabajo sería imposible. Seria como diagnosticar alguna enfermedad mortal o ver morir todos los días a su padre, tío, abuelo, hermanos, madre, etc. Se hacen fríos para alejarse de la enfermedad. Los únicos médicos que se involucran en la vida de sus pacientes son los psiquiátras y en mucho menor grado los ginecólogos, obstetras y pediatras. 
3. La dinámica del consultorio: Entran y salen pacientes y así es, entra uno y el doctor se olvidas del anterior y no piensa en el que sigue hasta que llega y el otro se va. Deben concentrarse en el paciente que están analizando. Hay doctores que tienen mejor carácter (y memoria)  saben que deben ganarse a su clientela con cálidez y sentido humano, pero la mayoría sólo se enfoca en las enfermedades que atiende. Los oftalmóogos sólo ven los ojos, entonces sólo ven casos, no personas. Los oftalmólogos son los médicos que menos toman en cuenta al paciente por que sólo curan ojos. Algunos tratan de tener más carisma, pues es un factor para ganar clientela, o quizá la amabilidad y consideración con la gente es algo que traen de familia. 
4. Los médicos son semidioses porque reparan casi todo: Y las madres de los médicos se encargan de ensalzar y grnadificar esto, pues presumen a sus hijos como trofeos y se la pasan diciendo lo mucho que sus hijos sufrieron mientras estudiaban. Socialmente, la gente aprende que el médico es una persona superior porque su profesión exige grandes concimientos, sacrificios, más años de estudio y que el resultado es una eminencia y una autoridad absolutas. El médico recibe el privilegio de ser considerado un héroe y no un mortal como los demás. Esto no debería de hacerse; sin embargo seguimos alimentando esta falacia. El problema viene cuando el médico se encuentra con que no puede curar o salvar a alguien. Este es un trancazo a su ego, le muestra su propia mortandad, pues no puede resolverlo todo. El mecanismo de defensa emocional es fingir frialdad y casi abandonar al paciente con su enfermedad y así ellos se alejan de la enfermedad y del fracaso. No todos son así, pero definitivamente la mayoría toma esta opción, pues es sumamente difícil lidiar con el "casi." Esto se acentúa en las especialidades en las que las cosas son más simples o que existen soluciones, como es el caso de la oftalmología. La frustración es simplemente demasiada como para no sacudirlos y ponerlos de mal humor.
5. La supuesta autoridad y sabiduría suprema del médico: Cultural y socialmente hablando se nos enseña a que cuestionar a la autoridad es malo o que trae consecuencias negativas. Muy pocos saben qué hacer en cuánto a su salud y por eso no se atreven más que a seguir las órdenes del mñedico y no hacer más preguntas al respecto. Es una cadena que se trasmite de padres a hijos y los médicos se acomodan en su zona de confort con pacientes pasivos. ¿Pero que pasa con pacientes activos? El 99% manifiesta algún tipo de incomodidad ante un paciente que pregunta "de más". Entonces los médicos suspiran y te dan a entender que es muy complicado poner tanta sabiduría en palabras simples. Te hacen sentir como un idiota. La mayoría hace caso omiso a las preguntas e insiste en que sigas la receta.
La autoridad se siente desafiada o como si dudraran de sus capacidades. En el caso de enfermedades raras; es decir enfermedades de escasa incidencia lo que se conoce de ellas es precario y el tratamiento es nulo. La gran mayoría de las veces el médico y el paciente saben excatamente lo mismo del padecimiento (con la diferencia que uno los sufre y el otro no) y eso mancha la reputación del médico. Por eso prefiere no explicarte nada como si no fueras a entender... en realidad no puede explicar lo que no conoce. 

Esto no es para disculpar al doctor, esto es para entender la situación y el porqué de las reacciones tan ariscas de los médicos. No deberían de hacerlo, pero como en toda relación, las partes participantes comparten el mismo porcentaje de culpabilidad. Por eso nosotros debemos convertirnos en pacientes activos y no permitir un trato indiferente o inclusive neglignete. El paciente tiene derecho a la información y diagnóstico oportuno, y si el paciente no está conforme, el médico está obligado a cumplir este derecho, o a perder el paciente o a ganarse una demanda por negligencia. Ambas partes deben darse cuenta de que uno depende del otro y no que uno domina al otro. Médico y paciente son seres humanos y por eso debemos dejar de ver al médico como un ser privilegiado sino como un profesional como cualquier otro. Mientras que el paciente es una persona que tiene deecho a recibir la mejor atención posible, pues sea dinero propio o del gobierno, su visita es el sustento del trabajador de la salud.  

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